sábado, 27 de septiembre de 2008

Carol Carolinska cumple años


Hace unos años, mi famosa amiguita cumplió años y fué mencionada en varios diarios pedorros locales y extranjeros. Trabajando como corresponsal y columnista en algunos de ellos (con pseudónimos, obviamente, dada la paupérrima calidad de los mismos), se me pidió escribir una nota sobre su azarosa vida.

Un día como hoy...



...pero de milnovecientosquichicuchyebebeapepee, venía al mundo como Dios la trajo y a ella le gusta andar (léase: en bolas), la famosísima actríz, cantante y bailarina sueca Carol Carolinska.
Apodada "Molly" por sus padres, la precoz niñita supo desde su más tierna infancia que lo suyo eran las tablas, el glamour del encaje, las plumas y la cerveza bien fría. La pequeña entonaba el Edelweiss en su cunita cuando aún no había cumplido los dos añitos; y para horror de su madre, pronunció el brindis en sueco antes de decir mamá. La progenitora atribuyó ése y otros comportamientos similares al hecho de haber quedado al cuidado de siete marineros suecos, que se hospedaron en el hogar Carolinska durante unas vacaciones de verano.
Iksel, Kleber, Olof, Johan, Henrik, Anders y Fredrik no sólo se convirtieron en parte de la familia, fueron la audiencia ideal para que la pequeña artista fuera desarrollando sus primeras armas como actríz y cantante. La niña de tan solo cuatro añitos solía bailar el can-can sobre la mesa familiar mientras los muchachos entonaban cánticos alusivos y golpeaban sus vasos contra la mesa, a modo de ovación.
Los marineros decidieron seguir visitando a la niñita los veranos sucesivos y fué en una de aquellas noches estivales, pero doce años después, que la actríz se percató del efecto que ella misma causaba sobre el género masculino. Esa noche, enfundada en su mínimo vestidito a lunares rojos, sus taquitos del mismo color y portando la bandera sueca en una mano; sorbía con ruiditos la cerveza, autorelamiéndose los bigotes de espuma ante la mirada atenta de su babosa audiencia. Dispuesta a dar un buen show, "Molly" bailó una vez más el famoso can-can, revoleando sus largas piernas y meneando su generosa derriere. Una vez acabado, el show, la adolescente revisó uno por uno los rostros de sus espectadores buscando el merecido aplauso. Se encontró con bocas entreabiertas de donde pendían finos hilos de saliva, ojos desorbitados y algún que otro jadeo. Olof y Henrik sufrían convulsiones. La cantante no tardó en descifrar que no se trataba de un síndrome epiléptico y los intimó a poner sus manos sobre la mesa, bajo apercibimiento de concluír su presentación en ese mismo instante. Tampoco tardó en sacar cuentas y percatarse de que estaba sentada sobre una mina de oro.
A las pocas horas se encontraba rumbo a París, para desconcierto de sus padres y desconsuelo de sus amigos marinos que aún hoy la siguen buscando por los pasillos del manicomio Saint Etienne. Cuenta la leyenda que Iksel no sería otro que Osama Bin Laden, que ante tamaña decepción sentimental decidió desquitarse aniquilando a todos los rubios de ojos celestes.
Una vez instalada en el hogar del coiffeur Cristophe Melamangé, responsable de su cambio de look; la diva concurrió a una serie de castings para el "Crazy Horse", el "Moulin Rouge" y el "Treinta chicas bonitas treinta". Obtuvo empleo en el tercer lugar, como corista reemplazante de Mimi Ardí a quien Molly no tardó en remover valiéndose de un oscuro ardid. Le presentó a Marcel, un turista sudafricano portador de un generoso miembro que la enamoró, la embarazó, la engordó como a Hansel y Gretel juntos y la abandonó.
Mientras tanto, Molly acaparaba cada vez más, la atención del público masculino y recibió infinidad de propuestas para trabajar en el interior (de la habitación número 9 del Palais Avec-toi, de la Rue La Folle). Aceptó algunas de ellas con el único fin de adquirir su ticket Paris-Los Angeles y de esa manera triunfar tal cual lo planeado, en Hollywood.
Subió al avión con sus dieciseis maletas conteniendo la colección completa primavera-verano de Christian Dior, Chanel, Ives Saint Laurent y Tienda los Cinco Hermanos. Llevaba también su personal trainer, su chef, maseuse, estilista y un Rotweiller que respondía al nombre de Pussy (en honor a la cotorra de su gran amigo Cristophe). Allí fué entrevistada por el mismísimo Sam Goldwyn quien le ofreció de inmediato un rol protagónico a cambio de ciertas compensaciones físicas. El rol protagónico nunca llegó y tanto se enojó la afamada actríz; que los creativos de la Metro Goldwyn Meyer reemplazaron al famoso león, sello de la empresa, por su rostro enardecido durante los años 1969-1971.
Se las ingenió para inmiscuirse en películas de bajo presupuesto como "Swedish waitress in trouble", "Swedish waitress in action", "Heidi, Pedro and Olaf and the sheep and sometimes even granny" "Swedish waitress in trouble 2", "Hot Summer in Malmö" y "Dirty Dancing 4".
Pero fué aquí en nuestro país, y de la mano del Bob Fosse argentino don Pedro "Papirri" Soiguei; que la talentosísima actríz desplegó todas sus herramientas actorales adicionando el canto y el baile, cosechando el aplauso y consagrándola definitivamente. Su paso por la calle Corrientes en éxitos tales como "Madame la reina del lupanar", "Tristán y la colegiala sueca", "De Suecia con amor", "¿Alguna vez lo hiciste en un avión?" y "Pupy para los íntimos"; la catapultaron al estrellato ubicándola entre las grandes como Nélida Roca, María Fernanda Callejón y Yuyito González.
Lamentablemente para su público, y luego de trabajar en la última película de los Superagentes "Tiburón, Delfín y Mojarrita contra el bacalao noruego y sus secuaces", la actríz decidió retirarse para disfrutar de la vida al aire libre. Actualmente vive junto a su marido /manager, Pilo Dadomaldon y sus hijas en una finca en la localidad de Capilla del Señor. Una gloria del cine y teatro argentino, que hoy cumple años.

Amadeo Paolo Ga

Redacción Diario "Crónicas Portuarias"

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