martes, 27 de enero de 2009

MUSIC FREAK


Cómo determinar los diferentes estadíos de un enfermo de la música

Si uno le pregunta a cualquier persona con pulso y pabellón auricular medianamente sano: ¿Te gusta la música?, lo más probable es que jamás reciba una negativa. ¿A quién en su sano juicio podría no gustarle la música?. Probablemente a nadie, sin embargo, hay una diferencia abismal entre el sano juicio a la hora de disfrutar de un puñado de notas musicales y perder el juicio con solo escuchar un racimo de acordes bien escritos.
Existe gente que manifiesta su gusto por tal o cual melodía pero se conforma con escuchar los hits del momento, que alguna radio bombardea cíclicamente, sin molestarse en girar un par de grados el dial por miedo a perder la señal (o darse la antena en el ojo en el intento). No se preguntan qué estará pasando en la radio vecina, no se plantean dejar que se queme el guiso para anotar el nombre del tipo que está cantando esa canción tan linda. Porque lo más probable es que jamás consideren entre sus prioridades, el comprarse o piratearse el CD que los ha maravillado. Obviamente, esta clase de personas no califica para el título “music freak”, porque su nivel de adicción es demasiado bajo como para considerarlo una patología sana (si es que existe esa contradicción).
Existen también los fanáticos de la música, que aunque se esfuerzan, nunca llegan a obtener el título porque carecen de algo que a todo “music freak” le sobra: eclecticismo.
Los fanáticos suelen encasillarse en un género, un estilo o simplemente hacerse fans de cuatro o cinco bandas conocidas en su adolescencia, a las que seguirán al punto de descartar cualquier cosa que no se parezca a eso. Por principio, sin siquiera haber escuchado un tema de otra banda o algún otro tipo de música, los fanáticos suelen denostar lo que no conocen o es distinto a aquello a lo que fervientemente idolatran. El metalero vomitará a chorros si es expuesto a la bossa nova y el rapero se brotará si lo obligan a escuchar música celta. Un tanguero de ley se revolcará por los rincones si le pasan acid jazz y un fana del jazz necesitará un decadrón para soportar un tema de “Motorhead”. Lo mismo ocurre con los seguidores de determinada banda, llámense “ricoteros”, “rollingas” o “intoxicados”; pueden sufrir un ataque de caspa si se les ofrece la obertura de “Nabuco” o un tema de “Laura Pausini”. Pareciera que esta gente está más interesada en la postura filosófica que implica ser religioso seguidor de “Los Ramones” que en la música en sí. Rechazan sistemáticamente cualquier otra cosa con la seriedad de quien está optando por una ideología política. Acompañan su fervor con atuendos y modismos que le son propios a todos los seguidores de determinada banda; es así como encontramos rastas, porros y remeras con la cara de Marley entre los fans del reggae o caras pálidas, ojeras y ropa oscura entre los seguidores del rock gótico. Lo que siempre me llama la atención sobre estas personas, es que su fanatismo se sostiene en el tiempo y su intransigencia musical se agrava con la edad (es así como vemos padres cincuentones discutiendo con hijos adolescentes porque “después de Sumo nadie hizo música en Argentina”, todo esto mientras el pendejo aburrido le da OK en el Ipod al último hit de “Greenday" a todo volumen para ahorrarse la filípica musical por enésima vez en el mes).
El “music freak” es un espécimen de otra índole completamente diferente. Estos seres, entre los que me incluyo, piensan que los fanáticos se pierden todo aquello que descartan sin escuchar. Que optar por algo es privarse del abanico de posibilidades que está ahí afuera, sonando en alguna radio transgresora o esperando ser descubierta entre los vinilos heredados del progenitor o la suegra. El “music freak” es adicto, insaciable, ecléctico y abierto a todo lo que un cacho de pentagrama bien dibujado le pueda ofrecer. Considera que aquel que se conforma con un hit pisado por el locutor, en la radio de moda, es una especie de zombie musical que necesita ayuda para salir del ostracismo auto impuesto que no le permite asomar el cogote fuera de la frontera del 100 del dial. El “music freak” jamás descarta sin haber hecho el intento y se enamora perdidamente de un tema de folklore con la misma vehemencia que desmaya ante los tres primeros acordes de un tema de “Radiohead”. No existen los estilos, ni los ritmos, ni las bandas, ni los atuendos. Sólo música. Es lo único que le interesa. No etiqueta, no rotula, no discrimina. Todo aquello que logre hacerle palpitar el corazón o agitar la patita izquierda mientras mira una peli (cuya banda sonora va a comprar compulsivamente apenas salga del cine), le va.
Creo que los “music freaks” provenimos de hogares donde alguno de los padres padecía la misma adicción y supo pasársela a su descendencia exponiéndola a todo aquello que disfrutaba. En mi caso, fue mi papá quien alimentaba mi locura llevándome a las disquerías en lugar de a las boutiques, para salir diez minutos después con bolsas llenas de vinilos de todo lo que me fascinaba. Me compraba “Queen” o “Seru Girán”, pero se encargaba de hacerme escuchar a “Paco de Lucía”, “Oscar Peterson”, “Benny Goodman”, “Tom Jobim” o “Pink Floyd”. Entonces y con los años me convertí en una esponja que podía consumir el concierto de “Elgar” por “Jacqueline DuPré” y a la media hora enloquecer con “Ela e danzarina” de Chico Buarque. Sin embargo, debo reconocer que con el tiempo se convirtió en una patología, que aunque no es peligrosa suele acarrear algunos inconvenientes para quienes la padecemos.

TEST PARA DETERMINAR EL GRADO DE ENFERMEDAD MUSICAL QUE USTED TIENE
Músico-inmunizado (si contesta SI a más de cinco preguntas, es usted uno de ellos, no se preocupe porque lo suyo no es de cuidado)

¿Pone Ud. la radio a las siete de la mañana y no cambia el dial hasta que la apaga?
¿Es usted de los que no se brotan y revolean la radio por la ventana si le pisan un tema que le gusta con la tanda?
¿Pasa de largo por un local de venta de música, aún cuando estén pasando un tema que le agrada, perdiéndose la maravillosa oportunidad de preguntarle al vendedor quién es el cantante?
¿Puede sobrevivir fuera de casa sin Mp3, Ipod o cualquier dispositivo que cumpla las veces de tanque de oxígeno musical, toda vez que se aleja de su colección de CDS?
¿Puede cambiar de canal aún cuando estén pasando su videoclip favorito?
¿Sobrevive a la ignorancia de no tener puta idea del título de esa estupenda canción que acaba de escuchar en la peli que termina de ver en el cable?
¿Presta sus CDS?
¿No se mosquea si no le devuelven la banda sonora “Star Wars” que prestó hace un siglo?
¿Puede estar más de ocho horas sin escuchar música sin presentar síntomas de abstinencia?
¿No se le escapa un sollozo cuando no encuentra el CD de “Bob Marley” que se le antoja escuchar YA?
¿Padeció Ud. de otitis a repetición cuando pequeño, que le haya dejado alguna secuela?


Fanático Mal (Si contesta SI a más de cinco, Ud. es uno de ellos, no es grave pero a la larga se va a arrepentir de todo lo que se perdió de escuchar)

¿Tiene en su poder las colecciones completas de sus cuatro bandas favoritas en todos los formatos conocidos por el hombre junto con todos los DVD’s de los conciertos, las versiones en vivo de todos los temas, temas inéditos, entrevistas publicadas en papel y en Internet así como autógrafos de todos los miembros de esas bandas?
¿Es su guardarropa una sucursal de “Locuras” siendo sus prendas de vestir dos pares de jeans gastados y unas cuarenta remeras con leyendas y fotos de sus músicos predilectos?
¿Es capaz de sufrir una crisis de asma si no consigue el último CD de su banda favorita el día del lanzamiento (a pesar de que se comió una fila de treinta y tres horas para conseguirlo)?
¿Se deprime y llora cuando se entera de que su banda favorita se separa, aún cuando está convencido de que volverán a juntarse cuando se les acabe la fortuna que hicieron vendiéndole discos a Ud.?
¿Tortura a sus vecinos escuchando el mismo CD desde el año 1991?
¿Cuándo sueña mantiene conversaciones con Luca Prodan, Jim Morrison, Miguel Abuelo y John Lennon?
¿Se violenta cuando escucha a un ofuscadísimo Pappo discutir con ignoto DJ que sostiene que hace música mezclando sonidos, queriendo entrar en la pantalla a matar al DJ y resucitar a Pappo para decirle que tenía razón?
¿Recuerda con exactitud las formaciones completas, a través de los años, de sus bandas favoritas (y la bebida alcohólica predilecta de cada uno de ellos)?
¿Siente que, musicalmente hablando, todo tiempo pasado fue mejor?
¿Le pegaría un botellazo en la cabeza al imbécil del 4°A que puso cumbia a todo lo que da mientras Ud. intenta ingresar a su momento Zen de la mano de “Angie” de los “Stones”?

Music freak (Si contesta SI a más de cinco preguntas, Ud. está en serios problemas y necesita ayuda terapéutica…o que el día dure 56 horas para poder escuchar todo lo que compra y piratea)

¿Le cabe la música en cualquier idioma, proveniente de cualquier país, de cualquier género; siempre y cuando le haga cosquillas en alguna parte del cráneo?
¿Cuándo no esta durmiendo o internado en terapia intensiva, está Ud. escuchando música?
¿Cuándo era un niño, lo reprendían por quedarse despierto hasta altas horas de la madrugada enchufado al equipo de música con los auriculares puestos?
¿Es de los que piensan que la música se escucha FUERTE y llevan el mp3 a todo trapo?
¿Es de los que no se sacan el Ipod ni para bañarse?
¿Pertenece Ud. al grupo de los que hace falta operar para sacarles un CD prestado?
¿Es incapaz de tirar su colección de vinilos, aún cuando ya no le quede una sola bandeja giradiscos funcionando?
¿Tiene UD una planilla Excel del inventario de toda su discografía, con el fin de controlar las posibles bajas (por afano/extravío/roturas) y para poder encontrar con más eficiencia ese CD que anda buscando?
¿Sufre permanentemente de antojos musicales?
¿La música lo transporta a un universo paralelo en el cual Ud. es el Rey soberano, comandante de todas sus fantasías?
¿Es la música para Ud. una droga imposible de dejar?
¿Es Ud. de los que se levantan a hacer pis a las tres de la mañana y se va compulsivamente a escuchar un temita con los auriculares, cual transgresión, como el obeso que termina manducándose las albóndigas frías de la cena parado en la puerta de la heladera?
¿Mira las pelis en DVD con el control remoto en la mano para poder hacer pausa en los títulos y enterarse quien cantaba la canción que lo puso de la peluca?
¿Es de los que miran los canales musicales con lápiz y papel en la mano para anotar aquello que dos minutos después pondrá a bajar en la PC?
¿Odia que le regalen una reposera para su cumpleaños pudiendo haber gastado esa suma en 10 CDS de música?
¿Es de los que se hipnotizan y entran en trance a los locales de venta de música, a preguntar por la cantante que está sonando?
¿Es UD de los que se han endeudado para comprar música?
¿En su colección de CDS pueden encontrarse al menos ocho géneros musicales diferentes?
¿Es de los que bailan, agitan los piecitos, repiquetean los dedos, sacuden la cabeza o tararean al son de una canción sin pudor y sin control en cualquier ámbito o lugar (encontrándole la gracia hasta a una canción de Misa)?
¿Su biblioteca musical ocupa toda la medianera de su casa?
¿Es UD un melómano rabioso al punto de ser disputado por sus amigos toda vez que juegan algún juego que involucre adivinar tal o cual canción, el autor o las letras de alguna melodía?
¿Es capaz de cometer filicidio si su hijo le arrugó el booklet del CD de “Pink Floyd The Wall”?
¿Prorrumpe en llanto si no encuentra el CD que tiene el tema que engancha justo con lo que está escuchando?
¿Está convencido de que existe música para manejar?
¿Conserva UD sus cassettes empolvados y enmohecidos porque le da cosita tirarlos, aún cuando posee todo en mp3?
¿Su adicción le preocupa o le chupa soberanamente un huevo?


Me voy cantando bajito, no vaya a ser que me escuche mi vecino y me quiera convencer de que Mollo es mejor que Toquinho. Que conste en actas, a mí los dos me parecen geniales!!!.

4 comentarios:

Unknown dijo...

SOY UNA MUSIC FREAK A MUCHA HONRA!!! yo escucho de todo, no le hago asco a nada. y tengo la música prendida las 24 hrs. Me parece una parte integral de la vida.

Anónimo dijo...

Pau dixit : "El “music freak” es adicto, insaciable, ecléctico y abierto a todo lo que un cacho de pentagrama bien dibujado le pueda ofrecer."

Me siento music freak de los pies a la cabeza .Y adhiero como mias las palabras escritas anteriormente.No entiendo por qué los seres humanos estamos obsesionados en etiquetarlo todo ....y considero que es un error el ligarse única y exclusivamente a un sólo estilo de música.Como bien dicen ,la música es el alma del lenguaje y llega allá a donde las palabras no lo hacen .Por este motivo creo que la música es un instrumento precioso a través del cual nuestras emociones dan riendan suelta independientemente del idioma o del estilo .Podría estar escuchando Yol Bolsin de Sevara Nazarkhan durante horas ( os aseguro que no tengo ni idea de Uzbek )...o escuchar el llanto de una guitarra flamenca ... o el sonido evocador e invocador de las gaitas ...definitivamente podría escuchar cualquier cosa que logre en un instante pellizcarme el corazón .

Como un amigo mio dijo :
"The space between a chord and a melody is the place where the sighs of sorrow and the whispers of love reside "


Gracias twin por este blog ,me encantó el tema y el enfoque ...as ususal

lofiu lots
Ari

Anónimo dijo...

- Mi mp3 esta dividido en carpetas: lento, movido y resto. Cuando iba al gim, tenia las carpetas cinta, aparatos y abdominales.
- Estoy juntando puntos en la libreria para poder cambiarlos por una radio de ducha.
- Gracias a los archivos mp3, puedo tener mucha musiquita en poco espacio donde conviven felices Bruno Pelletier, Nickelback, Bajofondo, Kevin Johansen, Amy Whinehouse y Josh Groban (para dar ej de uno de mis cd's).
- Algunos de mis amigos tienen miedo cuando pongo uno de mis cd's. Y siempre me preguntan "quien es ese?" (y a veces "DE DONDE LO SACASTE?!") haciendo que largue tooooda la biografia.
- Les hice escuchar Mika, RyanDan, Paulinho Moska y varios mas antes que aparecieran los cd's en las casas de musica de aca.
- Antes de dormir escucho musica y bailo y hago mimicas muy piola acostada en mi cama.
- Siempre estoy buscando musica nueva, aunque "por cariño" bajo lo nuevo de los grupos/solistas que ya tengo.

Y puedo seguir...

Cordelia dijo...

Pau!, paso por tu blog, guille me lo mostró una vez y lo agregué a mis favoritos, adoro como escribís, me reí mucho con todo leí, que lindo que lo compartas.
Soy Kaya, la amiga de Guille, un besito hermosa y espero que la estén pasando bien en las vacaciones, disfruten! y saludos a Guille que lo extraño!