viernes, 13 de octubre de 2017

OUTLANDER, LA SERIE DE TV

OUTLANDER ME TRAE PALPITACIONES




La escena del reencuentro (ojo, contiene spoilers)


Debo confesar que me tomó desprevenida.  Llevo leídos los libros infinidad de veces pero sigue sorprendiéndome el hecho de que existen ciertas cosas que las puedo revivir y gozar como la primera vez.  Quienes no hayan leído partes favoritas de la saga "Outlander" en un loop adictivo y frenético son unas mentirosas o tienen líquido de frenos en las venas.  Porque una fan que se precie de serlo ha de leer y releer compulsivamente la escena del casamiento, la noche de bodas, todos los polvos y estampamientos highlanderianos alguna vez escritos por la Gabaldon como si la vida nos fuera en ello; y también toda aquella escena donde Claire está al borde de pasar a mejor vida a manos de cazadores de brujas, violadores y delincuentes varios (por supuesto el rescate siempre es a manos de un Jamie salvaje y furibundo como a nosotras nos gusta).

Entre las escenas favoritas para darse un saque de droga literaria brutal, creo que la namberuán de toda la saga es la escena del reencuentro en la imprenta.  Es que una se ha pasado casi un libro leyéndolos separados, sumidos en el ostracismo sexual y el letargo de una vida cotidiana que de vida solo tiene el pulso de los protagonistas porque es un sin vivir gris y mustio.  Uno desea fervientemente (sobretodo la primera vez que lee) que la autora resuelva este abismo bestial al que condena a sus dos adorados protagonistas, robándonos a los lectores unos buenos veinte años de sexo majestuoso, amor y cariño; juntándolos como por arte de magia en algún momento (y que ese momento sea ya maldita bruja psicótica adicta al suspenso).  La primera vez que leí la escena, todo indicaba que el momento venía ya, después de tanta investigación y preparación, el reencuentro era un número puesto.  Sin embargo la autora decide jugar con el corazón del lector, que se come cuatrocientas palabras con detalles sobre el viaje en el tiempo, antes de llegar a nuestra Claire abriendo la puerta de la puta imprenta de Malcom...nuestro héroe por siempre jamás.  Y es aquí donde los corazones se detienen por un segundo, la sangre no llega al cerebro, el parpadeo de los ojos se vuelve lento y los lagrimones amenazan con inundar la habitación.  El reencuentro es un hecho, se miran y él se cae redondo al piso de pura emoción, el mismo piso al que uno desearía caer (de ser posible encima de Jamie); pero no, uno se cae sentado porque la emoción es tan violenta que una ligera lipotimia no se descarta en la primera lectura (conozco mujeres que se han desmayado en una segunda y tercera lectura también).

Me encontraba perfectamente apoltronada en mi cama, con la notebook en la falda, disfrutando de los menesteres del viaje de Claire, tarareando la música de la serie Batman de los sesenta; y como no había entrado a leer los comentarios del episodio no tenía idea de que el reencuentro iba a ser en éste.  Claire cosía su atuendo, preparaba equipaje y paff, como por arte de magia se bajaba de un carruaje en el medio de Edimburgo.  Si me hubieran hecho un electrocardiograma me hubieran internado de cabeza.  Mi taquicardia se podía escuchar en dos cuadras a la redonda.  Mis lágrimas empapaban mi camisón y tuve que poner la pausa para limpiarme los restos de máscara de los ojos que me impedían ver con comodidad.  Cuando la frecuencia cardíaca rozó límites normales le dí play al reproductor y saboreé esos últimos minutos del episodio con la mandíbula rozándome los muslos.  No podía creer que dos libros se hubieran comprimido en un par de episodios pero no podría haber estado más agradecida.  Verlos juntos nuevamente es un orgasmo literario y televisivo de alto impacto.  Gracias Ron por no alargar el período infame por cuya autoría la Gabaldon debería haber sido quemada en la hoguera.  Ahora solo resta gozar de esta pareja que hace las delicias de madres, hijas y abuelas.  Qué será lo que se viene?  Difícil saberlo, así como comprimieron un libro, uno podría pensar que harán lo propio con lo que se viene.  Espero sepan elegir qué mostrar.  Yo, personalmente, me quedo con las aventuras de este dúo que me roba el sueño desde hace quince años.  

Crucemos los dedos para que nos muestren lo que queremos ver!!!


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